Lothar Matthaeus celebra este domingo su 60.º cumpleaños
Figura destacada de la selección campeona del mundo en 1990
Ostenta numerosos récords nacionales e internacionales
Los grandes futbolistas dejaron escenas icónicas que han quedado grabadas en la memoria colectiva de los aficionados: la mano de Dios y el gol del siglo de Diego Maradona, la parada de Gordon Banks… También pueden ser acciones fallidas, como la legendaria finta de Pelé en 1970 contra Uruguay, y los más jóvenes recordarán seguramente el gol de chilena de Zlatan Ibrahimovic a Inglaterra.
En el caso de Lothar Matthaeus, sus dos goles contra Yugoslavia en el primer partido de la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990™ fueron muy simbólicos.
La selección balcánica llegó a Italia 90 como una de las tapadas, mientras que el combinado alemán, que se había clasificado con apuros para el torneo, no sabía muy bien a qué nivel estaba en la antesala del certamen. En ese momento, Matthaeus hizo lo que tiene que hacer un buen líder en semejante situación: predicó con el ejemplo.
Mediada la primera mitad, avanzó con el balón desde la derecha hacia adentro, y su disparo desde el borde del área con la izquierda, su pierna menos buena, adelantó al combinado alemán. Después de que los yugoslavos recortaran distancias en el minuto 55 (2-1), Matthaeus volvió a armarse de valor, condujo el balón por todo el centro del campo y su trallazo desde 25 metros subió el 3-1 al marcador.
Este tanto encarnó todo lo que distinguía al centrocampista en sus días de máximo esplendor: dinamismo, fuerza y una voluntad inquebrantable, además de convicción y una técnica exquisita. Fritz Walter, capitán de honor de la selección alemana, lo celebró eufórico en la tribuna del estadio Giuseppe Meazza y dijo que ese equipo, dirigido por su sucesor de Herzogenaurach, podía ser campeón del mundo.
De hecho, aquel triunfo inicial por 4-1 —que llevó la firma de Matthaeus— fue la chispa que propulsó hasta la final al combinado alemán, que se cobró ante Argentina la revancha de la final del Mundial perdida cuatro años antes. Y el hecho de que el 10, el encargado habitual de lanzar los penales de Alemania, dejara que Andy Brehme ejecutara la pena máxima decisiva porque él no se sentía muy seguro con las botas que acababa de estrenar, fue otra sabia decisión de la figura más destacada de aquella selección.
"Da la sensación de que Matthaeus domina el centro del campo como no lo ha hecho casi ningún jugador hasta la fecha. Los rivales chocan y rebotan contra él como si fuera de acero blindado", elogió en su día un diario italiano al centrocampista. No es de extrañar que, en 1991, la FIFA lo coronara como el primer Jugador Mundial del Año, después de haber caído con la selección alemana en las finales de los Mundiales de 1982 y 1986.
Pese a ser centrocampista, Matthaeus sobresalió por sus excelentes registros anotadores, sobre todo en su primera etapa en el FC Bayern de Múnich y, posteriormente, en el Inter de Milán, donde promedió prácticamente un gol cada dos partidos.
Fue indispensable durante mucho tiempo en la selección alemana y, cuando, con el tiempo, empezó a faltarle la velocidad que le había caracterizado, Alemania decidió convocarlo a sus 37 años para jugar de líbero en la Copa Mundial de Francia por su capacidad de liderazgo y su inteligencia.
Después de pasar por los banquillos de varios clubes y selecciones nacionales, Matthaeus es actualmente un reputado comentarista de televisión. En cualquier caso, no puede descartarse que un hombre de fútbol como él vuelva a ejercer algún día de entrenador.
Números que hablan...
Lo que han dicho otros y lo que él mismo ha dicho
"Si juega así, no hay otro mejor que él en el mundo".
Franz Beckenbauer, después del triunfo en el primer partido contra Yugoslavia en la Copa Mundial de 1990
"Si te convences de que estás cansado, te sientes cansado".
Matthaeus
"Con su fuerza, su calidad, su velocidad y su energía, Lothar ha demostrado a todos cuál es el deseo de Alemania en este torneo: ganarlo".
Franz Beckenbauer
"Matthaeus es un futbolista fantástico, capaz de cualquier cosa. Tiene fuerza, es rápido, técnicamente perfecto. Tiene todo con lo que sueña cualquier jugador".
Diego Maradona
"Las tácticas en el fútbol son como el ajedrez: uno prepara muchos movimientos de antemano, y luego se da cuenta de que el rival ya los había previsto. De manera que hay que preparar movimientos que sean una reacción a esa reacción. Es el principio de ‘él sabe que yo sé que lo sabe’".
Matthaeus
"¡A mis brasileños les falta un Matthaeus!".
Pelé, al término de la Copa Mundial de 1990
"Haría casi cualquier cosa por ti. Por eso, en primer lugar, me gustaría darte las gracias. Gracias por tantos buenos momentos que viví en el fútbol gracias a ti. Dejaste huella en la mayoría de partidos en los que vibré como aficionado".
Juergen Klopp
"Lothar y yo teníamos disparidad de opiniones, pero siempre se acababa imponiendo la mía. Gracias a Dios, los resultados hablan por sí solos".
Franz Beckenbauer
"No confío en mucha gente, pero a Franz sí le confío mis preocupaciones, mis secretos, mis problemas".
Matthaeus